martes, febrero 28, 2006

UNA LECTURA DE LUCAS 10, 25-37

1. UNA APROXIMACIÓN AL PRINCIPIO-MISERICORDIA

En este aparte me dedicaré a mostrar desde el texto del Buen Samaritano como la comunidad de seguidores de Jesús descubrió el sentido de sus hechos y de sus dichos enmarcados desde el principio-misericordia.

Ellos ven en Jesús muchos elementos desde los cuales pueden estructurar su praxis, pero aquello que más les sorprendió y por ello aparece con tanta insistencia en los textos del Nuevo Testamento, es un Jesús que se deja mover por la misericordia, es decir hace de ella un principio.

1.1. EL TEXTO

“ 25 En esto se presentó a Jesús un doctor de la ley para ponerlo a prueba y le preguntó: “Maestro qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?” 26Él le dijo: “¿ Qué está escrito en la ley? ¿Qué es lo que en ella lees?” 27El doctor de la ley le contestó: “Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todas tus fuerzas y todo tu espíritu’, ‘ y amarás a tu prójimo como a ti mismo”. 28Jesús le dijo: “Bien respondido, haz eso y vivirás.” 29Él queriendo justificar su actitud, le preguntó a Jesús: “¿ Y quién es mi prójimo ? “ 30Jesús le respondió: “Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó y lo asaltaron unos bandidos, le quitaron la ropa, lo apalearon y se fueron dejándolo medio muerto. 31Casualmente bajó por este camino un sacerdote, quien al verlo dio un rodeo y siguió su camino. 32Lo mismo hizo un levita que pasó por ese lugar: al verlo dio un rodeo y siguió su camino. 33En cambio un samaritano que iba de viaje, al llegar a donde estaba el hombre y verlo, se conmovió, 34se acercó, le lavó sus heridas con aceite y vino y se las vendó; luego lo montó sobre su propia bestia y lo llevó a una posada, donde acabó de cuidarlo. 35Al día siguiente sacó dinero equivalente a dos jornales y se lo dio al dueño de la posada y le dijo: “Encárgate de cuidarlo, y si gastas más, yo te lo pagaré al regreso”. 36¿Cuál de esos tres hombres te parece se portó como prójimo del que fue asaltado por los bandidos?” 37Él le respondió: “Pues el que hizo misericordia con él.” Jesús entonces le dijo: “Vete y haz tú otro tanto”

1.2. EL CONTEXTO

La parábola de Lc. 10. 30-36 está colocada en un contexto narrativo Lc. 10, 25-37 donde encontramos un diálogo de Jesús con un doctor de la ley. La relación de este texto con el que lo antecede y con el que precede es artificial[171].

El texto está ubicado en la parte IV del Evangelio de Lucas que se ha denominado La Subida a Jerusalén en la preparación a su ministerio en Jerusalén[172].

En la perícopa aparece un doctor de la ley que quiere poner a prueba a Jesús (25) y le realiza una pregunta “Maestro: ¿qué debo hacer de bueno para alcanzar la vida eterna? (25). La pregunta se puede entender con dos finalidades: una el deseo sincero de alcanzar la vida eterna y el otro el sólo hecho de entrar en una discusión de carácter conceptual sobre un tema. Esta última según el contexto parece ser la finalidad del doctor de la ley.

A lo anterior Jesús responde con una pregunta: “¿Qué está escrito en la ley ” “¿Qué es lo que en ella lees?” (26). La ley para el israelita es la voluntad de Dios y es el medio para alcanzar la vida.

Continua el diálogo, el doctor de la ley responde con unas citas tomadas del Dt. 6,5 (hace parte de la oración recitada por los judíos el Shemá) y del Lv. 19,18b[173]. Jesús aprueba la repuesta y le recuerda con otro texto del Dt. 5,32; 30,15; lo que la ley dice como norma para tener vida: “haz eso y vivirás” (28). La pregunta inicial fue: que debo hacer... Jesús concluye diciendo: Haz esto... La respuesta remite a la pregunta inicial.

La discusión alcanza su punto central cuando el doctor de la ley plantea que aún queda algo que aclarar y de paso justificar su actitud: “¿Y quién es mi prójimo?” (29). ¿Por qué será necesario para el doctor aclarar este aspecto?

Para los judíos el prójimo tenía que reunir una serie de características para poder que un judío lo pudiera sentir como el más cercano (rea’, proximun, prójimo). En la tradición rabínica más antigua el término se entendió de la manera más estrecha, es decir, el prójimo es el israelita o el verdadero prosélito. Para la época de Jesús, siglo I, tal vez ésta concepción se entendería de forma más amplia.

Para terminar la discusión Jesús responde a la pregunta del doctor de la ley no con un discurso justificador de quien debe ser el prójimo, mostrarle que persona reunía las condiciones necesarias para hacerse próxima, cercana; Jesús evita dar una serie de explicaciones y utilizando una parábola (29-35).

La parábola termina con una nueva pregunta de Jesús: “¿Cuál de estos tres hombres te parece que se portó como prójimo del que fue asaltado por los bandidos?” De nuevo la pregunta no se centra en resolver la problemática de manera teórica. Jesús busca hacer caer en la cuenta al doctor de ley cual de esos personajes que aparecen en la parábola no esperaron que el sujeto que estama mal herido en el camino reuniera las condiciones necesarias para ser tenido en la categoría de prójimo, sino ¿cuál se hizo prójimo? La pregunta de Jesús apunta a: ¿quién se hizo prójimo actuando como prójimo?

La propuesta final de Jesús entrega una respuesta del doctor: “el que se movió a misericordia con él” (37), Jesús finalmente lo invita a la acción, dejarse mover por la el principio-misericordia para hacerse prójimo “Vete y haz tú otro tanto” (37).

1.3. EXÉGESIS LINGÜÍSTICO-LITERARIA

1.3.1. Crítica Textual

Desde las fuentes consultadas no aparecen variantes importantes que tengan dificultad[174]. Las variantes que se señalan no presentan gran importancia para comprender el sentido del texto. En la mayoría de los casos son omisiones.

Las variantes más importantes que aparecen en el texto son las siguientes: 25 didaskale ( didaskale) omitido en D. 26 ti gegraptai ( ti gegraptai) es omitido por D. 27 sou ( sou) su, es omitido por B*; kai, ( kai), y, es omitido por B P 75, 32 omoiwV, (omoies) igualmente, de la misma manera, se omite en À*, en se omite en B D L q X f1 33 700 1241 pc. / /genomenoV / kata ton topon elqwn (genomenos / kata ton topon elthein) llegado a ese lugar, aparece en P 75 A C D E G H K M S U V W G D L Q y es omitido en B L À X 0190 f 1 28 33 700 y en muchos minúsculos / el participo ( elthein ) llegado se lee en P 75 Àc B C E G H K M S U V W G D L X y en muchos minúsculos; y es omitido en P 45 D P 63 68 114 243 253 265 270 482 489 726 990 1200 1219 1375, la dificultad que se presenta es saber cual es la forma corta o la forma larga, porque en unos se omite y en otras aparece. La comunidad prefiere retener la versión larga o, el, la, aquel, aquella es omitida en B *37.

1.4. EXÉGESIS LITERARIA

1.4.1. Estudio sincrónico: la estructura del texto

El texto de Lc. 10, 25-37 está enmarcado dentro de una narración en la cual se incluye la parábola. En la narración interviene un doctor de la ley y Jesús. Este espacio del estudio de la parábola es para detenernos en la estructura la forma como se ha organizado el material.

1.4.2. El tiempo gramatical de los verbos

Por ser una narración la parábola está escrita en pasado. Es necesario destacar las dos formas verbales en imperativo de los versos ( 28) (37b).

1.4.3. Los personajes

Jesús y un doctor de la ley en la parte narrativa. En la parábola como tal aparecen cuatro personajes principales:

- Un hombre que es asaltado (30), un extraño, un hombre cualquiera, lo que se hace importante no es tanto su origen o el destino de su camino, sino lo que le sucede en el camino. Es asaltado, le quitan la ropa, lo apalearon y lo dejan medio muerto. Esto se presenta de manera gradual de menos a peor. Situación que muestra el estado real al cual había sido sometido por los bandidos.

- Un sacerdote que pasa por el lugar (31), Este segundo personaje ya no es alguien extraño, tiene por lo menos una función, una clase social, un pueblo, una identidad. El centro no está tanto en quien es el personaje, sino en lo que hace: “...bajó por ese camino... quien al verlo dio un rodeo y siguió su camino” (31)

- Un levita que pasó por el camino. Este segundo personaje tampoco es un extraño es un trabajador del templo (32) “lo mismo hizo” (32) esta expresión lo sitúa en la dinámica del sacerdote: “pasó por ese lugar: al verlo, dio un rodeo y siguió su camino (32).

- Un samaritano que pasó igualmente por el camino (33) este personaje es introducido en el ejemplo con la expresión “en cambio” (33) para hacer contraste con los dos personajes anteriores: “al llegar a donde estaba el hombre y verlo, se conmovió, se acercó, le lavó las heridas...se las vendó, luego lo montó sobre su propia bestia y lo llevó a una posada donde acabo de cuidarlo. al día siguiente sacó el dinero....se lo dio al dueño de la posada y le dijo: encárgate de cuidarlo (33-35). la actitud del samaritano a diferencia de los asaltantes es de más a mejor. Este dinamismo lo hace el samaritano por una acción que brota del interior, se conmovió[175] .

1.4.4. El espacio en la parábola

Un lugar no definido donde Jesús interactúa con el doctor de la ley. El camino de Jerusalén a Jericó en el cual acontece la narración de Jesús. El relato aparece como elemento de un contexto didáctico ( 30-35) concebido como forma de diálogo que abarca (25-29; 36-37). El curso de la acción y su dramatismo narrativo hace que la parábola ( 30-35) se articule en tres escenas:

Primera escena

(30) Jesús le respondió:

“ Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó

y lo asaltaron unos bandidos,
le quitaron la ropa,
lo apalearon
y se fueron
dejándolo medio muerto.

Ofrece un carácter expositivo, que describe la situación inicial en forma general y escueta, el narrador pone al oyente ante un caso de pillaje que se produce en el conocido camino de Jerusalén a Jericó. El centro de esta primera escena son los ultrajes recibidos por este extraño que por el contexto se entiende que es un judío[176].

Segunda escena

Esta escena busca alentar al oyente a que busque una solución frente a lo sucedido en el primer momento. Pero en la estructura narrativa deshace las expectativas al ahondar aún más el problema.

31Casualmente bajó por este camino un sacerdote, quien

al verlo
dio un rodeo
y siguió su camino.

32Lo mismo hizo un levita que pasó por ese lugar:

al verlo
dio un rodeo
y siguió su camino.

Presenta pues en el lugar del suceso, uno tras otro, dos personajes empleados en el culto del templo de Jerusalén. Es lógico que se espere que los dos van a ayudar al malherido, pero la narración continua con un hecho de absoluta indiferencia de un judío por otro judío[177]. En este texto se le ha asignado cierta fuerza al precepto de pureza ritual que prescribe evitar todo contacto físico con aquel que esté en peligro de muerte, pero la verdadera fuerza de la parábola está en presentar la negación de auxilio como algo inesperado y escandaloso.

Tercera escena

Para aumentar el dramatismo de la narración, entra en escena un personaje que por su sola presencia produce desilusión ya que se asocia la historia a una serie de problemáticas y conflictos sociales y culturales entre judíos y samaritanos.

El samaritano hace parte de una comunidad que abandonó el área de influencia del Templo de Jerusalén e instaló en el monte Garizim su propio culto. Éste es el judío un apóstata y por ello suscitaba graves reservas para un judío piadoso como el doctor de la ley, que es quien le pregunta a Jesús.

La aparición de este personaje en lugar de distencionar el ambiente agrega aún más dramatismo y complica el desarrollo de la narración: ¿Qué se puede esperar de un samaritano? Lo desconcertante es que el samaritano, el despreciado, el apóstata va a dar una respuesta de auxilio al hombre que ha caído en manos de los asaltantes:

33En cambio un samaritano que iba de viaje,
al llegar a donde estaba el hombre

y verlo,
se conmovió,
34se acercó,
le lavó sus heridas con aceite y vino
y se las vendó;
luego lo montó sobre su propia bestia
y lo llevó a una posada, donde acabó de cuidarlo.

35Al día siguiente sacó dinero equivalente a dos jornales y se lo dio al dueño de la posada y le dijo: ‘ Encárgate de cuidarlo, y si gastas más, yo te lo pagaré al regreso’.

Desde esta perspectiva en tres escenas se puede articular una estructura de Lc. 10, 30-35 así: Situación (30) - Crisis ( 31-32) - Solución ( 33-35).

La articulación final de Lucas 10, 25 –37 quedaría de la siguiente forma. Se había afirmado que el texto es un relato que tiene como elemento unificador un diálogo didáctico[178] y argumentativo[179] articulado en dos diálogos:

Diálogo I

a) (25) Pregunta del doctor de la ley

(D) y le preguntó: “Maestro qué debo hacer para alcanzar la vida eterna?”

b) (26) Contra pregunta de Jesús:

(J) 26 Él le dijo: “¿Qué está escrito en la ley? ¿ Qué es lo que en ella lees ? ”

c) ( 27) Respuesta del doctor de la ley:

(D) 27El doctor de la ley le contestó: “‘Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todas tus fuerzas y todo tu espíritu’, ‘ y amarás a tu prójimo como a ti mismo’.”

d) ( 28) Conclusión de Jesús en forma de Imperativo:

(J) 28Jesús le dijo: “Bien respondido, haz eso y vivirás.”

Diálogo II

a) (29) Pregunta del doctor de la ley:

(D) 29Él queriendo justificar su actitud, le preguntó a Jesús: “Y quien es mi prójimo ? “

b)(30-36) Narración de Jesús con pregunta:

(J) 30Jesús le respondió:

Primera escena: Situación.

“ Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó
y lo asaltaron unos bandidos,
le quitaron la ropa,
lo apalearon
y se fueron
dejándolo medio muerto.

Segunda escena: Crisis.

31Casualmente bajó por este camino un sacerdote , quien
al verlo
dio un rodeo
y siguió su camino.

32Lo mismo hizo un levita que pasó por ese lugar:
al verlo
dio un rodeo
y siguió su camino.

Tercera escena: Solución.

33En cambio un samaritano que iba de viaje ,
al llegar a donde estaba el hombre
y verlo,
se conmovió,
34se acercó,
le lavo sus heridas con aceite y vino
y se las vendó;
luego lo montó sobre su propia bestia
y lo llevó a una posada, donde acabó de cuidarlo.
35Al día siguiente sacó dinero equivalente a dos jornales y se lo dio al dueño de la posada y le dijo: ‘ Encárgate de cuidarlo, y si gastas más, yo te lo pagaré al regreso ’.
36Cuál de esos tres hombres te parece se portó como prójimo del que fue asaltado por los bandidos? “

c) ( 37a) Respuesta del doctor de la ley

(D) 37Él le respondió: “Pues el que hizo misericordia con él.”

d) (37b) Conclusión de Jesús en forma de imperativo

( J) Jesús entonces le dijo: “Vete y haz tú otro tanto”

Desde la dinámica dialogal de Jesús / Doctor de la ley esta es la estructura:

Diálogo I

a) (25) Pregunta del doctor de la ley

b) (26) Contra pregunta de Jesús

c) ( 27) Respuesta del doctor de la ley

d) ( 28) Conclusión de Jesús en forma de Imperativo

Diálogo II

a) (29) Pregunta del doctor de la ley

b) (30-36) Narración de Jesús con pregunta al final

Primera escena: Situación.

Segunda escena: Crisis.

Tercera escena: Solución.

c) ( 37a) Respuesta del doctor de la ley

d) (37b) Conclusión de Jesús en forma de imperativo

Esta estructura nos deja ver claramente los contrastes que aparecen en el texto entre:

Personas encargadas en el culto / un samaritano

Judíos / extranjeros

No hacer / Hacer

Dar rodeo / Conmoverse

Seguir el camino / Ayudar en el camino

El texto en cuestión hace parte del género de las parábolas del tipo de ejemplos que se utiliza cuando se quiere contrastar o ilustrar una enseñanza por medio de un caso particular. En este tipo se utilizan dos elementos uno el hecho real: un hombre que es asaltado en el camino y la enseñanza en general: “vete y haz tú otro tanto”.

La parábola de Lc. 10,25-37 es singular y hace parte de los ejemplos narrativos. Tiene dos funciones específicas una didáctica y otra argumentativa, aunque es un ejemplo indudablemente ficticio.

1.4.5. Sentido del texto

Queriendo justificarse (29) La justificación implica que la primera parte no se estaba cumpliendo el mandamiento del amor, que está muy relacionada con la expresión que aparece en el (25) queriendo poner a prueba a Jesús.

Quién es mi prójimo. (29) La pregunta está encaminada a que el doctor de la ley está preocupado por conocer los límites del amor. La pregunta que el Doctor formula sería: ¿Hasta dónde, hasta cuándo, con quién, ser prójimo? Por eso el ejemplo que es propuesto por Jesús amplia los limites y supera lo establecido en Lv. 19,16. Según la concepción judía, el amor es una ley, por lo tanto es una pregunta lógica. El amor es la primera ley, sin duda, pero en cuanto tal puede tener excepciones y puede ir perdiendo fuerza obligatoria en la medida en que ese prójimo se va alejando y es cada vez menos prójimo, menos próximo. Y los judíos lo tenían muy claro: En primer lugar había que amar a la familia, después al clan, después a la propia tribu, después al pueblo de Israel.

Los exegetas dicen que es una concepción del amor que va por círculos concéntricos: primero se ama a los cercanos, pero en la medida en que las personas se van alejando de uno, como no son tan prójimos, no son tan próximos la obligación de amarlos va disminuyendo. En Israel decían que incluso puede llegar el caso de que a los paganos, que están tan alejados; son tan enemigos del pueblo de Yahveh, ya no se tiene obligación de amarlos, sino de odiarlos.

Un hombre. (30) Se utiliza una expresión en indefinido anthropos tis[180] que quiere resaltar que este hombre es un desconocido con el cual no hay un lazo determinado con los que escuchan a Jesús. Es un hombre cualquiera, uno de tantos que transitaba por el camino de Jerusalén a Jericó.

Jerusalén. (30) La Ciudad Santa, lugar donde estaba el Templo, lugar donde estaba Dios. El lugar del encuentro con Dios.

Jericó. (30) Distaba de Jerusalén unos 150 estadios (28 Km.) por un camino pedregoso y árido. Una ruta en continuo descenso desde unos 800 m sobre el nivel mar se baja a unos 300 m por debajo del nivel del mar. Esta Jericó no es la misma del Antiguo Testamento, sino la Nueva Jericó Ciudad de las Palmeras, la que fue construida por Herodes.

Lo asaltaron unos bandidos. (30) Según Flavio Josefo, este camino era muy peligroso. Los viajeros iban armados para protegerse de los salteadores de camino, el utiliza la palabra lestai bandidos, que es la misma que utiliza Lucas en el relato.

Coincidió. (31) Esta palabra puesta al principio de la frase cobra mucha fuerza kata synkyrian / por casualidad para indicar que fue algo no preparado, algo que sucedió en el camino, algo que irrumpió y que necesitaba una respuesta inmediata.

Un sacerdote. (31) La narración hace referencia probablemente a uno de los sacerdotes que había estado de servicio en el Templo de Jerusalén y que al concluir sus días de turno volvía a su casa. Jericó era una ciudad en donde residían algunos sacerdotes del Templo de Jerusalén.

Dio un rodeo y pasó de largo. (31) Esta expresión pone en el escenario las prescripciones contenidas en el Lv. 5,3;21,1-3; Nm. 5,2; 6,6-8; 19,2-13; sobre la clase de contaminación ritual por contacto o por proximidad con un cadáver. Un sacerdote sólo podía contaminarse para enterrar a uno de sus familiares más cercanos.

Un levita. (32) Eran hombres que vivían igualmente del culto que tenían una consideración social y que fueron creciendo desmesuradamente. La designación levita hacía originariamente referencia a los miembros de la tribu de Leví, pero las condiciones fueron cambiando con la aparición de los nuevos clanes sacerdotales y muy pocos fueron los levitas que volvieron del exilio en Babilonia. Con este título se quiere afirmar otro trabajador del templo.

Un samaritano. (33) Este personaje actúa como contrapunto entre los personajes anteriores miembros respetables de la sociedad judía y un despreciable samaritano considerado pagano. El samaritano se encuentra fuera de su territorio haciendo un viaje por Judea precisamente por ese mismo camino.

Se conmovió. ( 33) O se le conmovieron las entrañas, es un hombre que siente compasión por un semejante, indica la actitud básica de toda acción humana que se hace en esa medida esencialmente cristiana.


Este conmoverse hace que el samaritano eche aceite y vino, dos elementos que eran las provisiones de los caminantes para el viaje. Esta mezcla era conocida con un valor terapéutico para suavizar el dolor, como antiséptico. Era una medicina típica. Esa conmoción hace que él lo monte a su propia cabalgadura y lo lleve a una posada y pagara para que lo cuidaran hasta su vuelta.

Cuál de estos tres se hizo prójimo ? (36) Esta contra pregunta de Jesús cambia el giro de la pregunta inicial del doctor de la ley; es inesperada el doctor esperaba que Jesús le argumentará quién es tú prójimo y Jesús plantea la necesidad no de buscar con quien ser prójimo, sino la necesidad de hacerse cada uno un prójimo del otro.

El que tuvo compasión. ( 37) Es decir el que hizo misericordia con él . No obras de misericordia. El que reaccionó frente al extraño que cayó en manos de salteadores.

.
Pues anda y haz tú lo mismo. ( 37) Es la propuesta de Jesús a la acción, al no conformarse con una serie de normas o preceptos que indiquen como actuar y que justifiquen los comportamientos humanos, sino el compromiso real con el otro, especialmente con aquel que sufre.

1.4.6. Estudio diacrónico

Se puede preguntar si el marco narrativo introductorio hacía parte del relato de la parábola. La pregunta inicial que formula el doctor de la ley recuerda el pasaje que se encuentra en Mc. 12,28-34 y Mt.22,3-40.
La aparente incongruencia entre la pregunta del doctor de la ley y la respuesta de Jesús.

Es posible que Lucas haya utilizado otras tradiciones y las haya combinado. Sin embargo el final de la parábola requiere un contexto como el que aparece en Lucas. Por eso en principio, en su esencia la relación parábola, pregunta y contexto debe ser originaria.

La aproximación al texto nos deja unos elementos claros para nuestra reflexión: la misericordia, compasión entrañamiento como el amor específico de Dios

1.5. EL PRINCIPIO-MISERICORDIA/ COMPASIÓN / ENTRAÑAMIENTO: EL AMOR ESPECÍFICO DE DIOS


El principio-misericordia no es un mandamiento nuevo. Lo que Lucas plantea en este texto es la revisión de los preceptos del Antiguo Testamento: el amor a Dios y al hermano. La conmoción de un forastero por un hombre malherido que encuentra en su camino, viene a expresar la revisión que hace Jesús.

Jesús amplía de manera radical el ilimitado concepto de prójimo. El no da una definición teórica al concepto prójimo, ni exige un amor universal a toda la humanidad, sino que muestra a partir de la parábola la manera de proceder: la misericordia, la compasión, el entrañamiento. No para en indagar si la persona es de ésta o aquella nacionalidad, si tiene ésta o aquella confesionalidad, si ejerce esta profesión o no; sino que muestra que todo ésto es relativo a la hora de enfrentarse el sufrimiento de alguien causado injustamente por otros.

La propuesta es que frente al dolor del otro no me quede en la simple contemplación, sino que éste se pueda interiorizar y reaccionar con el fin de erradicarlo definitivamente.

La ampliación del concepto de prójimo tiene su fundamento en el conmoverse: principio-misericordia. No es un accesorio del amor a Dios y al prójimo, es concretamente el amor. Es la verificación del amor a Dios en el hermano que sufre. Si se separa el amor a Dios del amor al hermano perdería su razón de ser. Es lo que en el fondo Jesús está desenmascarando El otro me sensibiliza a salir en función de él, el valor óntico es el ser humano, lo que va en función o referido a él.

El suceder de Dios es sucediendo, transformando lo humano. Trascender es salir del propio ser hacia el otro. La prueba de nuestra trascendencia es salir hacia el otro. Romper la finitud permitiendo que Dios-misericordia acontezca los seres humanos para sacarlos de sí mismo hacia el otro.

De esta forma queda al descubierto que la misericordia es lo específico del amor de Dios y del amor a Dios, es la propuesta de amor hacia el otro.

La parábola del buen samaritano es una síntesis cristológica que nos muestra lo que Jesús mismo hizo, llevar el amor misericordioso de Dios Padre a todos los hombres especialmente a todos aquellos que sufrían por causa de los salteadores o malhechores del camino.

Se puede entender en este sentido porque el principio-misericordia aparece como el eje central, no entendiéndolo como una serie de actos o acciones, sino como el dinamismo que hace reaccionar ante el sufrimiento ajeno.

En un mundo dominado por Satán, hace su aparición Jesús. Viene con la autoridad de Dios no sólo para mostrar la misericordia sino parar emprender la lucha contra el maligno[181]. Con el movimiento a misericordia Jesús rompe las cadenas de Satán.

Por ello la significación del logión recopilado por Lucas: “yo veía a Satán , arrojado, precipitadamente del cielo, caía en la tierra como un rayo” Lc. 10,18.

Esta expulsión del cielo presupone la victoria de Jesús en la tierra. Satán es vulnerable. Ha sido aniquilado, se ha descubierto su dinamismo violento, generador de víctimas. El paraíso se abre, los hombres escriben su nombre en el libro de vida y se instaura el reino en el principio-misericordia[182]. Satán ha quedado quebrantado: Satana mayor Christus.

Jesús contempla la miseria humana y es ante ella que va reaccionar sin límites. Se va a dedicar a los que sufren el desprecio y la exclusión pública. Hacia ellos es que se va a enfocar, hacia los ptochoi. Es con ellos que va a ser visible la misericordia reino de su Padre[183].

En este sentido Jesús aparece como el profeta poderoso que muestra las señales del Reino, en el sentido de entrega, pues como se ha visto, sólo en la entrega, en el salir de sí es que Jesús, el Mesías, adquiere su poder.

Jesús describe que por encima de la ley está el principio-misericordia. Dios se ha revelado más allá de la ley y de la violencia que esta genera, se ha revelado como misericordia que recrea y como gozo que transforma[184]. Jesús sale a los caminos y es allí donde hace visible el Reino al moverse a misericordia como nos lo recuerda la parábola del Buen Samaritano.

Los signos de Jesús, sus dichos, sus hechos revelan el misterio de Dios sobre el camino de la vida de los seres humanos. Superan el nivel de la violencia destructiva del tener-gozar-poder-saber, que convierte la vida en un espiral de contagio mimético, de deseo, rivalidad y violencia; sino desde la entrega y gratuidad que se revela a favor de la víctima.

Las acciones de Jesús ofrecen una teodicea para aquellos ptochoi que son indicación de la revelación de Dios. Ese Dios que se revela en Jesús viene a mostrar que estos signos no se basan en el triunfo de los sistemas sacrificiales en los que Satán demuestra su poder: acabar la violencia con violencia. Donde imponen su dominio los mejores adaptados a estos sistemas, sino que estos signos brillan de la mejor forma en el reverso de la historia y la sociedad: los ptochoi, los perdidos, los pecadores, los abandonados, los que sufren, los excluidos y marginados de este mundo, lo “nadies”[185].

Todo esto define a Jesús como un hacedor de signos experto en colocar las señales de Dios en la tierra. Jesús ha preferido entrar en este mundo reaccionando frente a la miseria para recrear desde allí la humanidad victimizada[186]. Entrega estos signos en los lugares donde pareciera imponerse las dinámicas sacrificiales.

Donde hay pecado, Jesús ofrece perdón. Donde hay enfermedad, realiza sus curaciones y anuncia la salud definitiva. Donde está presente la pobreza, anuncia y proclama las bienaventuranzas de la vida[187].

Es por eso que la historia se va a convertir en el lugar de la epifanía del Dios de Jesús, el Padre de la misericordia[188], historia entendida como ese proceso de emergencia y realización humana[189]. Historia como ese espacio donde el ser humano se hace dueño de sí mismo, se realiza en un proceso de creatividad y trasmisión de aquello creado.

No se encuentra a Dios allí donde están las cosas de manera más perfecta, permanentes y sagradas. A Dios lo hayamos en lo pequeño, en lo frágil, en lo indefenso, en lo fracasado que los seres humanos han ido realizando en la historia.

Es el Dios que sale al camino como nos lo recuerda el texto del buen samaritano para curar nuestras heridas y recuperar la dignidad humana. Dios principio-misericordia, pero de igual forma, principio-esperanza y principio-fe, afianzante de la historia como superación del poder y de la estructura social impositiva sacrificial[190].

Por esta razón, el Nuevo Testamento no se ocupa de la historia de dominación y poderío como lo hacen otros textos en los que se recoge la sabiduría de este mundo, el Nuevo Testamento sabe que existen los imperios y sus formas de dominar el mundo (Lc. 3,1-2) y sabe que la vida y las relaciones entre los hombres no puede medirse tan sólo por paradigmas de fuerza. En los relatos bíblicos se lee cuidadosamente la historia de los vencedores, la historia oficial de la humanidad, que es simplemente la historia de los grandes, la historia del sacrificio de los ptochoi.

Estas historias oficiales llevan en su interior la presencia de Satán y el rechazo de la actuación del principio-misericordia de Dios. La presencia de Satán que revela su principio-violencia / rivalidad / destrucción, en oposición al principio-misericordia / compasión / entrañamiento de Dios[191].

Jesús es la historia el relato en el cual Dios nos cuenta el sentido radical del ser humano:

- Un hombre que se deja mover por el principio-misericordia.
- Un hombre que es que es compasivo, comprensivo, diferente de todas las figuras satánicas del poder que dominan de manera despiadada el mundo.
- Jesús se limita simplemente a ser humano, situando frente a Dios el Reino que se acerca como don y entrega[192].

Como puede verse, la propuesta que se desprende de la parábola del buen samaritano es el apostarle a una comunidad y a unas personas que se parezcan cada vez más a Jesús: el que se deja mover por el principio-misericordia.

1.5.1. Principio-misericordia como encarnación

Esto es hombres y mujeres que hacen posible la encarnación en la comunidad. Que llegan a ser carne real en una historia real. Que llevan a cabo su misión de anunciar el Reino de Dios no como posibilidad sino como realidad. No espectadores que contemplan el sufrimiento desde una tribuna sino que bajan al camino reaccionar a favor de la víctima y ayudar a que el victimario entienda sus dinámicas satánicas que lo enceguecen y no permiten su conversión. Meterse en el camino para desenmascarar los sistemas sacrificiales productores de sufrimiento injusto. Jesús inicia su camino uniéndose al pueblo pecador, recibiendo con ellos el bautismo de Juan vinculante con los desechados de la tierra.

1.5.2. Principio-misericordia como misión

La parábola nos recuerda que el elemento estructurante en la vida de Jesús es el principio-misericordia, la re-acción ante el sufrimiento ajeno, infligido injustamente, interiorizándolo hasta las entrañas. Esta acción es motivada sólo por ese sufrimiento y no la búsqueda de reconocimiento o méritos. Es pues interiorizar el dolor ajeno con la finalidad de erradicarlo. Jesús se define como el enviado de su Padre. Experimentar en su carne la miseria de la humanidad y de la historia y desde allí iniciar una misión de liberación.

La parábola sistematiza que el principio-misericordia es el específico amor que está en el principio creador-salvador de Dios. Es el principio de la acción de Jesús y la génesis del proceso de construcción de la comunidad que genera una dirección concreta hacia el otro.

En muchas ocasiones la comunidad puede convertirse en un discurso encubridor del anti-reino, de la anti-misericordia; puede caer en una reducción a sentimientos y reflexiones y preceptos que subordinan el compromiso y el testimonio. Es lo que se evidenció en la pregunta que el doctor de la ley le formula a Jesús y este de manera radical desenmascara su dinámica y le hace una nueva propuesta.

1.5.3. Principio-misericordia como mesianismo

Nos viene a decir el relato que sin el principio-misericordia no se puede entender la expresión ser humano. Ese principio es lo que garantiza la humanización. En la parábola quedan reveladas las actitudes deshumanizadas y deshumanizadoras del sacerdote y el levita, dar rodeos ante el sufrimiento y seguir su camino. Ellos no están movidos por el principio-misericordia.

La actitud del samaritano revela lo que significa ser un ser humano. La misericordia es el dinamismo que humaniza la persona. El mesianismo que asume Jesús será pues un mesianismo de humanización desde la entrega.
[170] Traducción que hace el P. Pedro Ortiz V. s.j en su texto: Evangelios Sinópticos, Estudios Exegéticos. Ceja. Bogotá. 110.
[171] Es la afirmación que hace ORTIZ, Pedro. Evangelios sinópticos, estudios exegéticos. Ceja. Bogotá. 1996. 110.
[172] Como aparece en la estructura de la Biblia de Jerusalén. Desclee de Brouwer, Bilbao. 1992 : Prólogo 1,1- 4; I Nacimiento y vida oculta de Juan el Bautista y de Jesús, 1,5 - 2,52; II Preparación del ministerio de Jesús, 3,1 - 4,13 ; III Ministerio de Jesús en Galilea 3,14 - 9,50; IV La subida de Jesús a Jerusalén 9, 51 - 19,27; V Ministerio de Jesús en Jerusalén 19,28 - 21,37; VI Pasión 22,1 - 23,56; VII Después de la resurrección 24, 1 – 53.
[173] A este respecto el P. Pedro Ortiz V. s.j amplia el contexto mostrando como la respuesta a la pregunta es el centro del mandamiento de la ley, son el resumen del decálogo, prime se hablan e los deberes para con Dios y luego para con el prójimo. Ibidem. 111.

[174] Cfr. ALAND, K. MARTINI B, C. M. , BLACK, M. The New Greek Testament Dictionary. United Bible Societies. 1966. En la cual no aparece ninguna variante importante. Pero en, NESTLE, E - ALAND, K Novum Testamentum Graece. Deutsche Bibelstiftung Stuttgart. 1998. Aparece una variante de omisión. Y en NESTLE, E. Novo Testamento Latino. Bibelanstalt in Stuttgart. 1966. aparecen muchas más variantes todas de omisión pero que no tienen ninguna incidencia en la interpretación del texto, que son las presentamos en el análisis crítico.
[175] Otras traducciones dicen: le dio lastima FITZMYER, J.A. El evangelio según San Lucas III. Cristiandad. Madrid.1986. 286, sintió compasión Biblia de estudio Dios Habla Hoy, tuvo compasión Biblia de Jerusalén, se le conmovieron las entrañas “ La actitud básica y decisiva de toda acción que por ser fundamentalmente humana es esencialmente cristiana.
[176] Este elemento no se pude perder de vista porque nos permitirá tener más adelante la comprensión global de la historia.
[177] Rea hijo de tu pueblo Lv. 19,18; compañero, socio Lv. 19,17; hermano Lv.19,18. De todas formas con este término se referían al israelita, al miembro del propio pueblo.

[178] “Es la primera función Didáctica: En vez de proponer enseñanzas abstractas, Jesús propone un ejemplo para mostrar como modelo el que se comportó como prójimo”. ORTIZ, Pedro. Evangelios Sinópticos, Estudios Exegéticos. 115.
[179] Cfr. Ibidem 115.
[180] Expresión que utilizará nuevamente Lucas en 12,16; 14,2.26; 15,11;16,1.19;19,2;20,9 ;Hch 9,33. Es utilizada exclusivamente por Lucas en todo el nuevo testamento. Cfr. FITZMYER, J. A. El Evangelio según San Lucas III. 283.
[181] Cfr. JEREMIAS, Joachim. Teología del Nuevo Testamento. Volumen I. Sígueme. Salamanca.1974. 107-119.
[182] Cfr. JEREMIAS, Joachim. Teología del Nuevo Testamento. Volumen I. 107-119.
[183] Para profundizar un poco más ver: “La buena nueva a los pobres” En: JEREMIAS, Joachim. Teología del Nuevo Testamento. Volumen I. 1974. 133-148.
[184] Cfr. PIKAZA, Xabier. El Evangelio, vida y pascua de Jesús. Sígueme. Salamanca. 1993. 63.
[185] Cfr. PIKAZA, Xabier. El Evangelio, vida y pascua de Jesús 66.
[186] Cfr. Ibidem. 67.
[187] Cfr. Ibidem. 67.
[188] Cfr. Juan Pablo II. Dives in misericordia. 10.
[189] Cfr. PIKAZA, Xabier. El Evangelio, vida y pascua de Jesús. 21.
[190] Cfr. PIKAZA, Xabier. El Evangelio, vida y pascua de Jesús. 22.
[191] Cfr. Ibidem. 3.
[192] Cfr. PIKAZA, Xabier. El Evangelio, vida y pascua de Jesús. 26.